5.05.2008

BALTRA



















                               VUELO QUITO GALÁPAGOS

Los vuelos internos en Ecuador son bastante baratos, solo a hay un destino donde el vuelo ida y vuelta sale un poco más caro y este es Galápagos. Por unos 300 $ ( año 2003) se podía volar de Quito al aeropuerto "Seymour" en la Isla Baltra (Galápagos) haciendo antes escala en Guayaquil.

Nada más aterrizar en el archipiélago hay que pagar 100 dólares por persona para entrar en el Parque Nacional de las islas Galápagos (Reserva de la Humanidad), declarado como tal 1959; Los niños pagaron 50 $ y Hugo el peque, nada.





















Hay que pasar un control donde registran por encima el equipaje, buscando toda clase de comida que puedas llevar, ya que esta prohibido que entren plantas, animales o comida en las islas. Una semilla de una manzana tirada en mal sitio y con posibilidad de cambiar un ecosistema si germina, puede ser un desastre en estas islas. Todavía tienen un grave problema con las cabras introducidas por las flotas balleneras de siglos pasados e introducidos por colonos, como una forma de asegurarse carne fresca. Existe un plan de erradicación de estas especies invasoras en la isla Pinta e Isabela. Estas cabras se comían es sustento vegetal de los galápagos autóctonos, haciendo peligrar seriamente a estos últimos. Aparte de erosionar muchísimo las islas y desplazar de su territorio a otras especies. Se calcula que en 1997 había de 100.000 a 150.000 cabras en Isabela y su cacería se hace por tierra e incluso se ha llegado a usar helicópteros.
El resultado es que allí no pasa ni una mandarina por el control.
Hay que tener en cuenta que las islas Galápagos son una fuente controlada e importantísima de ingresos para Ecuador.



BALTRA


















En el aeropuerto de Baltra nos fue a recibir el guía de nuestro barco y nos llevaron a todos al embarcadero para empezar nuestro crucero por las Galápagos, allí nos esperaba nuestro yate “Fragata” con sus 8 camarotes dobles (dos camas) con minibaño privado.
Marga dormía con Hugo y Pablo en un camarote y yo con Miguel ( el mayor) en otro.
Pronto conocimos a nuestros compañeros de viaje y a la tripulación, y esa misma tarde navegamos hacia la playa de Bachas situada al norte de la isla de Santa Cruz. A 100 metros de la playa paró el Fragata, montamos en las zodiac que nos llevaron hasta la orilla, donde nos descalzamos para desembarcar.
A los 30 segundos de estar allí Miguel, Pablo y Hugo, y las dos niñas francesas estaban como locos, porque sobre la playa caminaban tres iguanas marinas, todo eso a dos metros de nosotros, 10 metros más allá paso volando una garza de enormes dimensiones que se posó un poco más allá. Cuando por fin íbamos a echar a andar repuestos ya de esta primera impresión, el guía nos dijo que tuviéramos cuidado al andar, porque había zonas de la playa que estaban llenas de huevos de tortugas marinas. 50 metros después, enormes cangrejos rojos del tamaño de una mano, se dejaban contemplar en las rocas a menos de medio metro. Y para terminar en unas lagunas situadas a 100 metros de la playa pudimos contemplar la belleza de los flamencos rosados en su medio natural.
La verdad es que como aperitivo no estuvo mal. Hugo, que ya entonces tenía un buen repertorio de palabras, se empeñaba en ir de tras de las iguanas haciendo gruñidos de perro y gestos de éxtasis total. En realidad, los animales de las islas Galápagos no están acostumbrados a ser perseguidos ni molestados, por lo que no temen para nada al ser humano.






































Esta primera visita anticipaba todo el potencial que nos quedaba por delante. Y puedo asegurar que nunca hubo una unanimidad tan grande en un grupo de turistas, y un entusiasmo mayor ante espectáculo semejante. Yo había leído en las guías cosas increíbles de las Galápagos, pero la verdad es que todo lo que uno pueda imaginar es superado con creces con lo que luego allí se ve en estado puro.
De mis diferentes viajes por Europa y el resto del mundo, nunca una expectativa fue superada por tanto margen en sentido positivo.
Además, durante los 5 días que estuvimos descubriendo estas maravillosas islas, tuvimos tiempo de establecer una bonita relación multicultural con todo el pasaje.

1 comentario:

Myriam dijo...

Hola!
Nosotros estamos ahora en ello y nos está encantando !
Un saludo,
Myriam